Las garrafas del petaqueo
El Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar es la joya de la corona ambiental de la provincia. No voy a ser yo el que intente ahora descubrir cada uno de los miles de parajes, escenarios y paisajes de ensueño que lo envuelven. Fauna y flora se unen en una simbiosis perfecta, en un paraíso en la tierra, del que los almerienses nos sentimos orgullosos, los que llegan lo admiran y piropean y los que lo dibujan en sus cerebros a través de las fotografías sueñan con acercarse, visitarlo y, si es posible, vivir en sus entrañas.
Todo este conglomerado complejo, perfectamente engrasado y bastante más cuidado de lo que puede parecer, tiene demasiados enemigos que lo amenazan. Y no me refiero, ustedes lo pueden intuir, al urbanismo o la agricultura. Ambos están bastante controlados y a raya por parte de los poderes públicos. A lo largo de los años el territorio se ha librado de demasiadas codicias y deseos.
Ahora, a los tradicionales depredadores, se une otro silencioso, que busca la noche para actuar, aunque con más frecuencia de la deseada a la luz del día tampoco le hacen ascos. Les hablo del narcotráfico y sus tentáculos, que han encontrado en las playas vírgenes y desnudas del Parque Natural su lugar de recreo para las lanchas rápidas y las calas más hermosas para repostar combustible.
Ayer, sin ir más lejos, tuve la oportunidad de recorrer en bicicleta algunos de los parajes más emblemáticos, paisajes que se han hecho famosos en películas como Lawrence de Arabia o Indiana Jones. En casi todo los casos las garrafas de plástico vacías adornaban la arena desnuda, el agua cristalina y las rocas volcánicas. No me crucé ni una sola patrulla de vigilancia de las fuerzas de seguridad. Soy consciente de las carencias de personal por las que atraviesan y comprendo la dificultad de la tarea. Pero si seguimos por el camino de la dejadez, los titulares bonitos y las cifras que nadie cree, a la vuelta de unos años no seremos capaces de doblegar las intenciones de los clanes, decididos a que convivamos con ellos y seamos presa de sus intenciones.
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