Ni rastro de la oposición
Aguadulce ya tiene abierta la primera fase de la Rambla de San Antonio. Un proyecto en el que el Ayuntamiento ha invertido 14 millones de euros, con la inestimable colaboración de los fondos europeos, que para eso están. Tuve la oportunidad de recorrer el parque con el alcalde, concejales, delegada del Gobierno de la Junta y vecinos después de la inauguración y el resultado, si son de Aguadulce o se encuentran en la localidad por turismo, negocios o asueto, les aconsejo que pateen el espacio y comprueben por ustedes mismos el logro alcanzado. Zonas verdes, senderos, plazas, fuentes y pasarelas para ir de un lado a otro de la Rambla integrados en el proyecto con maestría, dibujan un escenario de ensueño para los niños que ya abarrotaban el parque, vecinos que andaban por la arboleda de pinos y curiosos que comentaban el criterio de los arquitectos en el diseño del proyecto, logrando integrar el cauce de la rambla con los edificios y calzada. Una armonía no rupturista, alejada de aquellos agoreros que creyeron en sus inicios que poco menos que allí sólo habría cemento. Error. Sea por tener que tragarse algún que otro sapo, por desgana (era viernes y puertas de un fin de semana), vergüenza ajena o quien sabe los motivos, no encontré por allí a ningún miembro de la oposición municipal. Y eso que el espectro es amplio y variado (independientes, socialistas, Vox y Podemos-Izquierda Unida). Un desprecio en toda regla a sus votantes, y al Ayuntamiento al que representan. Y luego, desde el desconocimiento, verán como se atreven a comentar aspectos de la obra, ejecución y resultados, para el que como residente en Aguadulce quedan en buena medida desautorizados.
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