AVE Almería: El cartel no engaña

Esta semana el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), que es lo mismo que decir el Ministerio de Obras Públicas o el Gobierno, nos sorprendía con un cartel en la estación de Renfe en la que ponían fecha al fin de las obras del AVE que un día nos debe unir con Murcia y Madrid. 2029 es ahora el año mágico en el que, al parecer, los trenes podrán surcar las vías que hoy se construyen. 

Retrasar dos años la fecha, que de forma insistente y machacona nos dan los próceres que nos gobiernan, no deja de ser la constatación de algo que todos nos tememos, aunque muy pocos de los que rigen los destinos del país se atreven a poner en su boca. Nada más publicarse el cartel y correr, cual reguero de pólvora, por las redes sociales, a ADIF le faltó tiempo para aclarar que la previsión inicial, 2027, se mantiene, y que el año que recoge la ilustración, que en un gran panel cuelga de la estación, no es más que un dato que aclara cuando terminan los fondos que para esta obra nos llegan de Europa. Y hasta es posible que tengan razón. No voy a ser yo quien discuta tal afirmación.

El nudo Gordiano no está en los tramos de Almeria y en su avance, sino en los de Murcia

Pero los hechos son los que son. La realidad es la que es y el avance de los trabajos no nos invita a pensar que, tal y como insiste el ministro Oscar Puente cuando se deja caer en Almería, el tren vaya a surcar las vías en menos de dos años.

Es verdad que las obras en la provincia de Almería van como un tiro. No lo niego. Corroboro que los trabajos progresan adecuadamente y el porcentaje de lo realizado es probable que ya esté en el 50%. Un dato nada desdeñable después de tantos años de reivindicaciones, promesas incumplidas, palabras al viento y ruido mediático.

Aplaudo que, por fin, el Ministerio se haya puesto las pilas, si bien es cierto que el dinero es de Europa y si no lo gastamos habría que devolverlo. Merece la pena, ya les digo, recorrer el trazado y ver que se progresa convenientemente, lo que como almeriense me congratula.

Pero ese no es el problema. El nudo Gordiano no está en los tramos de Almería y en su avance, sino en los de Murcia. Si ustedes han tenido, como yo, la curiosidad de recorrer esa zona habrán comprobado que aún queda mucho por hacer, especialmente en en el término municipal de Lorca. Por tanto, y concluyo, no estaría demás asumir de una vez que los trenes es posible que surquen las vías en 2030, lo que bien mirado, me parece un notable éxito. Nos ahorraremos debates que no conducen a ninguna parte y desgastes absurdos que unos y otros tratan de aprovechar en beneficio propio pensando siempre en el rédito electoral, cuando  lo importante sólo es el desarrollo de la provincia. Lo demás, sobra.